Músicas de más acá y más allá

domingo, 21 de marzo de 2010

Ángel Sanz-Briz, diplomático en Budapest



El zaragozano Ángel Sanz-Briz procedente de una familia de comerciantes y militares, concluyó sus estudios poco antes de iniciarse la Guerra Civil española y, comenzada ésta, se enroló de voluntario en las tropas rebeldes del General Franco como conductor de camiones del Cuerpo de Ejército Marroquí. En 1939 fue destinado como encargado de negocios en El Cairo, hasta que en 1943, fue trasladado a la delegación española en Budapest. Como primera medida logró convencer a las autoridades húngaras para que aceptaran su protección sobre doscientos judíos, alegando que eran de origen sefardí, a los que el gobierno del General Franco reconoció su derecho a la nacionalidad española. “Después la labor fue relativamente fácil. Las 200 unidades que me habían sido concedidas las convertí en 200 familias; y las doscientas familias se multiplicaron indefinidamente con el simple procedimiento de no expedir documento o pasaporte a favor de los judíos que llevase un número superior a 200”.

Sinagoga de Budapest

Lápida de la Sinagoga de Budapest

Árbol de los ausentes (Sinagoga de Budapest)

“Certifico que Mor Mannheim, nacido en 1907, residente en Budapest, calle de Katona Jozsef, 41, ha solicitado, a través de sus parientes en España, la adquisición de la nacionalidad española. La legación de España ha sido autorizada a extenderle un visado de entrada en España antes de que se concluyan los trámites que dicha solicitud debe seguir”

Este documento falso, fechado en Budapest el 14 de noviembre de 1944, salvó la vida del citado Mannheim. En unos momentos en los que los cruz-flechados empezaron la deportación de los judíos de la capital. En Pest organizaron el gheto, y como ya no era posible el transporte de los judíos a los campamentos de exterminio, empezaron las ejecuciones en masa en las calles y a orillas del Danubio. El número de víctimas judías fue de 550-560.000.

Mientras los salvo conductos, los trágicamente famosos Schutzbriefe, eran tramitados por las autoridades húngaras, Sanz-Briz albergó a los judíos en once casas alquiladas. Les dio techo, comida y atención médica hasta que pudieran salir del país. Para “blindar” estos edificios de las garras nazis, el diplomático español colocó un cartel que rezaba: “Anejo a la legación española”. Así, desde marzo de 1944 hasta diciembre del mismo año, cuando el gobierno español le ordenó abandonar el país, Sanz-Briz arriesgó continuamente su vida, pues sólo 200 de esos 5.200 judíos eran realmente de origen español.
Sanz-Briz trabajó en colaboración con el diplomático sueco Raul Wallenberg, al que se atribuye la salvación de unos 40.000 judíos húngaros.

A falta de un reconocimiento explícito de la obra de Sanz-Briz, muchos españoles desconocen que su compatriota goza del título de «Justo de la Humanidad», otorgado por el Gobierno de Israel. Junto a ello se honra su memoria en el museo Yad Vashem de Jerusalén. Siendo el único español que ha sido invitado a plantar un árbol en el Paseo de los Justos.

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