Músicas de más acá y más allá

domingo, 21 de marzo de 2010

Peregrinos de Europa del Este haciendo el Camino de Santiago




En la ciudad de Brasov, situada en la parte central-oriental de Rumanía, se encuentra la Iglesia Negra (hoy día con culto luterano), cuya construcción data de 1384, probablemente sobre las ruinas de una antigua capilla destruida durante la invasión mongola de 1241, y fue terminada en 1477.

Sobre una pilastra, en la parte sur de la catedral gótica más oriental de Europa, en la iglesia Negra de Brasov, descansa la figura de un peregrino. Sobre su vestimenta luce la vieira, la insignia de los peregrinos, en el hombro la escarcela, en la mano el bordón, y en el hombro lleva colgada la calabaza de peregrino.
A pesar de la gran distancia, en el siglo XIII el contacto entre los dos extremos del continente se hizo más estrecho. Jaime I, el Conquistador se casó con la hija del rey húngaro András II (Andrés II) con Magyar Jolánta (Violante de Hungría). La princesa fue acompañada a su nueva patria por insignes caballeros, de los cuales muchos decidieron quedarse en los países de la Corona de Aragón. La idea de hacer una peregrinación a Compostela llegó a Hungría gracias a los caballeros que volvieron.

Se tienen noticias de la presencia de gitanos o egipcianos a lo largo del s. XV, procedentes del reino de Hungría, debido a la presencia de las “cartas de seguro” o de salvoconducto otorgadas por los reyes, entendiendo que eran peregrinos que iban a Santiago, hasta el decreto de 1499 en que se les ordena salir de Castilla si no toman vecindad y oficio conocido.
Estas cartas eran de naturaleza personal, iban dirigidas a las autoridades del Reino a favor de garantizar la seguridad y pasaje de determinadas personas que ostentaban el título –reconocido por los Reyes– de Condes y Duques de la Pequeña Egipto. Ese documento acreditativo se extendía a su familiares y a su compañía de hombres, mujeres y niños gitanos. Por ello no debemos de presumir que tales documentos beneficiaban indiscriminadamente a todos los miembros de la nación calé, sino a grupos concretos conducidos por sus patriarcas.


Los gitanos eran recibidos en la Península como refugiados, víctimas del Turco, y por esta razón, el rey don Alfonso otorgaba su protección mandando que se les tratara con honra en todos sus reinos y señoríos. Pronto a este perfil de refugiados su unió el de penitentes. Los Reyes Católicos firmaron tres Cartas de Seguro protegiendo a los Condes egipcianos y su gentes de pagar derechos en su andar hacia Santiago:

“e que de las rropas e bestias e otras cosas suyas que lleuaren no les sea pedido ni
lleuado portadgo ni aduana ni pasage ni rroda, ni castillería, ni otro derecho alguno”.

A finales de 1417 sabemos que grupos de gitanos recorrieron el norte de Alemania. Hamburgo, Lübeck, Wismar, Rostock, Stralsund fueron algunas ciudades por ellos visitadas. Eran unos 300 y tenían un duque y un conde “que administraban la justicia y cuyas órdenes eran acatadas”, según la Chronica Novella de Hermann Cornerus. Entonces exhibían una Carta de Seguro de Segismundo, Rey de Romanos ordenando que fueran bien tratados en todos sus estados por ser penitentes pues habían apostatado y tenían que vagar por el mundo siete años de penitencia. En el verano de 1418 llegaron a Zurich; las crónicas los describen como gente forastera de piel oscura con duques y condes que decían eran oriundos de Egipto Menor. Una crónica en particular de esa ciudad helvética dice que algunos gitanos afirmaban que eran de Igritz, un pueblo hoy al norte de Hungría cercano a la ciudad de Miskolc. Contaban éstos que habían sido expulsados por los turcos y estaban condenados a hacer penitencia viviendo de limosnas pobremente durante siete años.
En 1496 el jefe egipciano Tomás Polgar y los suyos auxiliaron al obispo Segismundo en Pécs, al ser atacada la ciudad por los turcos en una de sus habituales razzias de hostigamiento fronterizo. Los gitanos, expertos herreros, fabricaron las balas de hierro para los cañones de los defensores húngaros30. Éste fue el fundamento para que el rey Vladislao II de Hungría premiara al otorgar la Carta de Seguro a favor del voivoda faraón Tomás Bolgar y sus gitanos en ese año de 1496, como el propio texto de la Carta de Seguro declara. La Carta del Rey de Hungría así alcanzaba un valor premial, extendiendo a los cíngaros su protección por un servicio prestado al Reino.

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