Músicas de más acá y más allá

domingo, 21 de marzo de 2010

Dombrowski, Palafox y Rakosi en la Guerra civil española

Durante el invierno de 1937 se prepara en España, por parte de los republicanos, una ofensiva decisiva en la Guerra Civil, se le conocerá como la Batalla de Teruel. En un principio parece que sólo iban a participar españoles, pero el 7 de diciembre los brigadistas de la base de Albacete fueron movilizados y partieron hacia a Aragón.
Ese mismo año se creo el llamado Batallón Rakosi compuesto por húngaros a los que se agregaron también españoles. Este Batallón formaba la División 45 de la Brigada Dombrowski. Una Brigada muy peculiar, en la que había muchos polacos (dentro del Batallón Dombroski), pero en la que también se hizo notar la participación judía en la contienda, sobre todo en el Batallón Palafox, que más tarde cambiaría su nombre por el de Compañía Naftali Botwin, recordando al obrero comunista judío ejecutado en Polonia en 1925 a los 24 años por asesinar a un agente del Servicio Secreto polaco que se había infiltrado en el partido. La última estrofa del himno de dicha compañía dice:

Y en ese momento en el futuro sin guerra / Nuestro esfuerzo se recordará, / Como los soldados judíos del Botwin, / ¡a la plaga fascista, lejos la pateó! / ¡No pasaran!

Dombroski será el periódico de campaña de la XIII Brigada. En él se publicó un poema de Rafael Alberti dedicado a las Brigadas Internacionales. La traductora y redactora del periódico fue Zofia Schleyen, una judía polaca, uno de sus compañeros de redacción fue Ignaz Potazman. Elöre, periódico del frente, dedica su primera página a Mate Zalka, alias Pavel Luckas, caído en acción. Zalka era un general judío de procedencia húngara, primer comandante de la XII Brigada.
Años después de la contienda Carlos Sandor en Chile tendrá un encuentro inesperado con un compañero de trincheras. Malkov se avalanzó sobre Sándor propinándole un fuerte palmetazo en la espalda, mientras exclamaba en voz alta una y otra vez: Teruel…Teruel…Teruel…

Carlos Sandor fue ingeniero y actuó como tal en la Guerra Civil debiendo dinamitar puentes y caminos a fin de eludir el acoso de las tropas franquistas. Esta faena de demolición fue para Sándor una escuela de enseñanzas que le entregó lecciones respecto al comportamiento de las estructuras de hormigón. Gracias a esa experiencia, también le bastaba un vistazo para determinar la resistencia de los suelos, que aprendió a evaluar después de haber excavado miles de metros cúbicos, en las mas diversas regiones de España adonde lo condujo la guerra civil.
La XIII Brigada fue resucitada el 23 de enero de 1939, con los Batallones Rakosi y Dombrowski. El mando lo tomaría el día 26 el húngaro Miklos Szalway “Tchapaiew”. La nueva brigada intentó presentar resistencia en Cassá de la Selva, durante dos días, pero ya era inútil. La retirada llevó la Brigada a Gerona y, el 7 de febrero sus restos cruzaban la frontera por El Pertús.

Venis desde muy lejos… Mas esta lejanía
¿qué es para vuestra sangre que canta sin fronteras?
La necesaria muerte os nombra cada día
no importa en que ciudades, campos o carreteras.
De este país, del otro, del grande, del pequeño,
del que apenas el mapa da un color desvaído,
con las mismas raíces que tiene un mismo sueño,
sencillamente anónimos y hablando habéis venido.
No conocéis siquiera ni el color de los muros
que vuestra infranqueable compromiso amuralla.
La tierra que os entierra la defendéis, seguros,
a tiros con la muerte vestida de batalla.
Quedad, así lo quieren los árboles, los llanos,
las mínimas partidas de luz que reanima
un solo sentimiento que el mar sacude: ¡Hermanos!
Madrid con vuestro nombre se agranda y se ilumina.

Alberti, 1936

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