Músicas de más acá y más allá

domingo, 21 de marzo de 2010

La reencarnación aplicada a lo real y la ficción en Hungría



En este artículo trataré de la metempsicosis, denominada desde fuera de la filosofía como transmigración, entendida como reencarnación. Se puede definir como el paso del alma de un cuerpo a otro (animal o humano, depende de quien mantenga dicha doctrina).

Edgar Allan Poe en su primer relato corto impreso, Metzengerstein, publicado en 1832, nos presenta una historia que comienza así:

El horror y la fatalidad han estado al acecho en todas las edades. ¿Para qué, entonces, atribuir una fecha a la historia que he de contar? Baste decir que en la época de que hablo existía en el interior de Hungría una firme aunque oculta creencia en las doctrinas de la metempsicosis”.

Nada dice de en que consiste dicha doctrina, sino que deja al relato ir desentrañando su significado. La historia se centra en el joven Frederick, el último descendiente de la familia húngara Metzengerstein, que carga con una prolongada rivalidad con la familia Berlifitzing. Sospechoso de haber causado un incendio que mató al patriarca de los Berlifitzing, Frederick se obsesiona con un caballo salvaje que han encontrado sus escuderos, después de haber contemplado el barón:

la imagen de un enorme caballo, pintado con un color que no era natural, y que aparecía en las tapicerías como perteneciente a un sarraceno, antecesor de la familia de su rival. En el fondo de la escena, el caballo permanecía inmóvil y estatuario, mientras aún más lejos su derribado jinete perecía bajo el puñal de un Metzengerstein”.

Después de apartar la vista durante unos momentos y volver a posar en el tapiz:

para su indescriptible horror y asombro, la cabeza del gigantesco corcel parecía haber cambiado, entretanto, de posición. El cuello del animal, antes arqueado como si la compasión lo hiciera inclinarse sobre el postrado cuerpo de su amo, tendíase ahora en dirección al barón”.

A partir de este momento Frederick actuará de otro modo, encerrándose en sí mismo, ¿estará actuando sobre él una fuerza mayor? ¿se ha reencarnado en alguno de sus progenitores?
Ambas familias parece que viven para su rivalidad y Frederick parece ser el elegido para la continuidad de dicha rivalidad de manera que se ve encargado de inmortalizarla y llevarla hasta sus últimas consecuencias. ¿Pero, es Frederick verdaderamente el elegido o es el caballo misterioso, dentro del cual puede haberse reencarnado algún miembro de la familia Berlifitzing para vengarse?
Del relato parece emanar una cierta evocación a la creencia de la reencarnación en el antiguo Egipto, por lo que parece confirmarse la posesión del cuerpo del caballo. En Egipto, los pecados en vida eran juzgados tras la muerte y castigados por la reencarnación en animales, pasando tras un ciclo de tres mil años de nuevo al cuerpo de un ser humano.

Centrándonos en la creencia en esta doctrina, hasta Grecia llegará exportada, recogida por los pitagóricos, quienes eran vegetarianos ofreciendo de esta forma un cierto respeto por los animales, detentadores de un alma que migra de cuerpo en cuerpo. Platón adoptará esta doctrina y le dará un sentido más filosófico, argumentará que el ser humano tiende al olvido y debido a esto el aprendizaje es una reminiscencia, un recuerdo del alma previo a la unión de esta con el cuerpo.
El paso del alma de un cuerpo a otro es también sostenida por los Rabinos judíos, declarando que esta no pasa ni por el nacimiento ni por la muerte, ocupando rápidamente otro cuerpo.
San jerónimo y San Agustín criticaron esta doctrina como ridícula y absurda, opuesta a la doctrina católica de la redención. Tan sólo es sostenida por los agnósticos, quienes ven el estado corporal como un castigo, como algo antinatural.

Poe está inserto en el llamado romanticismo, donde podemos incluir a otros autores como, Goethe, Victor Hugo, Lord Byron, y en España a José Cadalso o Blanco White. Los románticos tenían una tendencia a la búsqueda del yo, para ello lógicamente tenían que recurrir a medios imaginativos, alejados de cualquier explicación realista, aplicando una filosofía idealista que hace tambalear la realidad de las cosas, para el caso del relato Metzengerstein, se recurre a la doctrina de la metempsicosis, una doctrina que no por arcaica deja de tener vigencia en la actualidad, siendo hoy día ampliamente difundida en muchísimas formas de creencias influenciadas por la idea de alma de Platón, recogida por estos románticos en sus ideas de libertad e individualismo.
Platón estableció tres tipos de almas: el alma concupiscible, ubicada como ya sabemos en el vientre, es la encargada del control de las pulsiones relativas a los placeres sensuales o apetitos. Aplicado por Platón a la sociedad este tipo de alma se asociaría con los artesanos o productores, cuya única función en la vida es la de procrear y producir; el alma irascible, será la capacidad de resistencia a los impulsos violentos así como la ausencia de temor propia de los varones. Se corresponde con los soldados, cuya función en la vida es la de mantener el orden de la sociedad mediante la guerra; y el alma racional, ubicada en la cabeza y encargada de regular las facultades intelectuales de pensar y querer por medio de la virtud de la prudencia, recae sobre aquellos que poseen el conocimiento de la verdad última, es decir, de la idea del Bien, en este caso los reyes o como pretendía Platón los filósofos.
Michael Maher establece algunas causas del por qué de tal difusión:

(1) La prácticamente universal convicción de que el alma es una entidad real distinta del cuerpo y que sobrevive a la muerte; 2) conectado con esto, está la imperativa demanda moral de una equitativa retribución futura de premios y castigos de acuerdo a la buena o mala conducta aquí. La doctrina de la transmigración satisface en algún grado estas creencias virtualmente instintivas. (3) Ofrece una explicación plausible del fenómeno de la herencia. (4) Provee también una explicación de algunos rasgos de la creación infraracional que parece remedar en tantos puntos las buenas y malas cualidades de la naturaleza humana. Parece una descripción natural de tales fenómenos decir que esas criaturas son, de hecho, nada más que corporeizaciones de los caracteres humanos que tipifican. De esta manera el mundo parece volverse, de principio a fin, moral y humano. En realidad, donde la creencia en una Providencia personal no es familiar o apenas débilmente comprendida, , alguna forma de metempsicosis es casi un necesario sustituto, entendida como una especie de proceso evolutivo ético.

Un siglo después del relato de Poe, en 1933 ocurre un supuesto caso de metempsicosis en Budapest, el famoso caso ¿Iris o Lucía?, por el cual, la joven Iris Farczady vuelve de la muerte a la vida, sin haber recibido ningún tipo de reactivación del corazón en el hospital. Sus padres se asombrarán al descubrir que su hija no habla húngaro sino que habla otro idioma distinto, en este caso el español. A esto se le llama Xenoglosía, que es un fenómeno paranormal, por el cual una persona es capaz de hablar otro idioma que no ha adquirido por medios naturales.
En este caso de xenoglosía se ha intentado aplicar la doctrina de la metempsicosis o reencarnación, haciendo creer que verdaderamente Iris se ha convertido en Lucía, y es una persona distinta que nada tiene que ver con su vida anterior a la muerte. Es un caso que deja muchas dudas, sobre todo partiendo de que el relato de los hechos no dice nada de cómo fue su muerte o cómo era anteriormente a esta, es decir qué inquietudes y qué tipo de vida llevaba la joven, hechos que pueden demostrar lo especulativo de dicha doctrina de la reencarnación, aplicada a este caso. Entendamos que la reencarnación es una creencia vigente hoy día y que ha de ser respetada, pero como tal es una doctrina de diversas religiones y será el individuo el que mantenga su fe en la reencarnación, dentro de su subjetividad, tendiendo hacia un aislamiento del mundo y un repliegue sobre sí mismos, en la búsqueda de la inmortalidad. Lo que no puede tolerarse es que esta doctrina salga del ámbito religioso pretendiendo dar respuesta al mundo real, ya que su metafísica pertenece a un mundo que no es real.

Si bien hemos visto brevemente la evolución de la metempsicosis en el pensamiento hasta nuestros días, dejaré ahora hueco para hablar de cómo entiende Aristóteles la idea de alma, ya que a partir de él se comienza a aparcar esa idea de reencarnación del alma.

Aristóteles afirma a diferencia de Platón, quien representaba por separado el alma del cuerpo, que: “Podemos convenir, pues, en que todas las afecciones del alma son inseparables del sustrato material de la vida animal”, afirmando de esta forma la mortalidad del alma individual. El sistema aristotélico define tres tipos de almas: un alma vegetativa sobre la que recaerían las funciones biológicas de nutrición y reproducción; un alma sensitiva, sobre la que recaerían las funciones animales de sensibilidad, que proporcionarían el placer y el dolor, y por último, un alma racional (exclusivo del ser humano) sobre la que recaerían las funciones intelectivas.
El ser humano tendría los tres tipos de alma, pero las dos primeras estarían sujetas a la tercera, de modo que este tercer tipo de alma es el que nos diferenciaría de animales y plantas, que no poseerían el alma racional.

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